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Australia será el primer país en el mundo que desarrolle un fármaco en contra de la gripe A (H1N1). Por delante de grandes laboratorios como Roche y Novartis, dos farmacéuticas australianas ya hacen pruebas para la vacuna que podría estar a la venta en septiembre

El Royal Hospital de Adelaida ha pagado 400 dólares australianos (unos 240 euros) a las personas que se sometan al experimento médico. Las pruebas consisten en un análisis de sangre y posteriormente la inyección con una o dos dosis de la vacuna. Hasta ahora, 240 voluntarios se han sometido a las mismas. El 4 de agosto se iniciarán las pruebas en menores, según la farmacéutica australiana.

Si el producto de CSl demuestra que funciona, el gobierno australiano encargará al fabricante 21 millones de dosis para vacunar a los grupos de riesgo

La vacuna es similar a la existente para la gripe ordinaria pero en lugar de contener tres cepas incluye una de la nueva gripe A. Australia tiene 14 mil 703 casos confirmados de gripe A, 226 de los cuales están hospitalizados y 93 en cuidados intensivos, según los últimos datos.

Las pruebas consisten en un análisis de sangre y posteriormente la inyección con una o dos dosis de la vacuna. Hasta ahora, 240 voluntarios se han sometido a las mismas

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros grandes fabricantes estaban teniendo algunas dificultades para lograr cultivar el virus y utilizarlo en la fabricación de esta terapia, los australianos serán los primeros en desarrollar este fármaco, aunque tardarán entre seis y ocho semanas en saber si el producto funciona. Las autoridades australianas ya advirtieron que no se autorizará ninguna terapia que no funcione o que pueda resultar peligrosa para el ser humano. Si el producto de CSl demuestra que funciona, el gobierno australiano encargará al fabricante 21 millones de dosis para vacunar a los grupos de riesgo.

Por su parte, la segunda empresa, Vaxin, empezó su ensayo con otras 300 personas. Ambas son vacunas similares a las de la gripe estacional, pero que contienen una sola cepa de la nueva gripe A, en lugar de las tres que se combinan habitualmente. "Nosotros estamos en el hemisferio sur, y es aquí donde está el problema ahora", señaló Nikolai Petrovsky, director de Vaxine, al diario británico The Guardian.

"Aquí estamos en medio de un brote de nueva gripe que es probable que no llegue a EEUU hasta que allí comience la temporada fuerte de gripe, dentro de seis meses", agregó. Petrovsky reconoce que no hay ninguna garantía de que la vacuna vaya a funcionar, y admitió que los científicos se enfrentan a un virus desconocido y de comportamiento imprevisible. De hecho, estos días, tanto la OMS como los grandes fabricantes de vacunas (Novartis o GlaxoSmithKline, entre otros), reconocieron que está siendo más difícil de lo que se esperaba hacer crecer el virus en el laboratorio para poder desarrollar la vacuna.